Cuando acaba la hibernación del alma

Este autorretrato nace de un viaje a Islandia que, sin buscarlo, se convirtió en un punto de inflexión personal. Entre paisajes silenciosos y vastos, encontré algo difícil de explicar: una energía que me devolvió a mí mismo. Hasta entonces, vivía una etapa de dudas, de bloqueo interno, de desconexión. Pero allí, en medio de la nada, todo pareció estar en su sitio.

La escena está inspirada en una fotografía tomada dentro del famoso avión abandonado de Islandia, justo en el momento en que un rayo de luz se colaba entre los restos de la estructura. Esa luz no solo iluminó una escena: me atravesó. Después de un largo periodo de incertidumbre, sentí que algo se activaba dentro de mí. La hibernación del alma no es un concepto abstracto: es esa etapa en la que todo se adormece por dentro, donde uno sigue avanzando sin rumbo claro. Y, de pronto, algo despierta.

Ese instante se convirtió en pintura. El fondo es incierto, casi onírico, porque las transformaciones verdaderas no tienen un lugar preciso. Pero la figura está presente, abierta, frágil, viva. Esta obra no es solo un autorretrato: es el retrato de mi renacer como artista y como persona. El momento exacto en el que sentí que volvía a estar en mí, y que —sin entender por qué— todo iba a estar bien.

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Técnica: Acrílico

Soporte: Lienzo

Medidas: 69 x 78 cm

Fecha de realización: 2024

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