El que galopa entre mundos

Este caballo no es solo cuerpo: es impulso, espíritu, libertad pura. El que galopa entre mundos toma su nombre del estilo de los antiguos nombres nativos americanos, como “Toro Sentado” o “Caballo Loco”. En este caso, el “entre mundos” alude a ese espacio donde el animal ya no es solo una criatura del plano físico, sino una presencia espiritual que corre con una energía que lo trasciende.

Nacida de un momento de pura espontaneidad, esta obra es también un autorretrato simbólico. Como esos caballos que, tras días encerrados, se lanzan al campo con furia y alegría, el trazo aquí es salvaje y emotivo: nace del deseo de liberarse, de correr sin mirar atrás, de pintar sin expectativas. Es la expresión más honesta de ese instante donde el cuerpo obedece al alma, y el alma... simplemente galopa.

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Técnica: Acrílico

Soporte: Lienzo

Medidas: 120 x 150 cm

Fecha de realización: 2024

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